martes, 28 de agosto de 2012

"EL DONANTE" Por Cala Nevado Cerro


Camina  atento al  pasillo; desea ser atendido por  su enfermera favorita. Llegará en un momento, le dicen. Poco tiempo después la busca  ávidamente, y pregunta de nuevo en su despacho. Elije del rincón un sillón de dos plazas, la espera. Entre tanto escucha los ruidos de  las continuas retahílas entretenido. Sonríe para sí con las letanías de una pareja que, acaban en discusión. Sentado  cerca de la puerta sigue  las entradas y salidas de los sanitarios. 
El descanso del desayuno termina, y Luisa parece que llega. Se mueve con prisas y desenvoltura entre el intrincado de sillas y enfermos. Lo descubre al fondo del consultorio; amablemente se sienta a su lado. Alborotándolo con el repique de su  risa invade su taciturno silencio; hasta que ve cambiarse el surco tenso de su  boca, por una sonrisa más natural.  Con mirada escrutadora Julio  le pregunta: cuánto tardará la extracción.  No le sorprende que su donante favorito  le  espete esto. Es muy nervioso.  Ignora el comentario  y lo distrae con  anécdotas.  Él, como siempre, le explica que desde joven ha sido desprendido con su plasma, -¡pero con estas venas tan finitas, tengo muchas dificultades! Hay ocasiones donde me resulta  insuficiente  toda la calma que ha aprendido con el yoga ¡Precisamente práctico para usarlo los días que vengo  a  donación! Creo que siempre lo pasaré mal ¡Tranquilo!, no lo pienses Nos queda… mucho tiempo. El suficiente para poder practicarlo como hasta ahora  ¡Ves valiente, tus venitas no nos tratado tan mal, ya hemos terminado!
Cala Nevado Cerro

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