viernes, 31 de agosto de 2012

"EXTREMOS" Por Andrea González Cruz


En un extremo del mundo algo explota. Las ondas destructivas recorren la mitad del planeta. Los edificios de cristal se rompen. Las piedras revientan en miles de fragmentos que rebotan contra el pavimento y el suelo se abre y se traga el aliento de los árboles, la esperanza de las aves, el temor de las fieras. Mil guerras se petrifican en nombre del truncado final de mil historias. El agua serpentea hasta secarse. Resuena el último aullido del lobo sobre la tierra sangrienta. El eco se mezcla con el primer bramido del elefante sobre la tierra eufórica y bulliciosa. La hierba florece hasta encenderse como verde estrella. Al menos tres tríos de puntos suspensivos siguen el camino que estremece a la piel. La lluvia brota de los árboles. El viento florece como suspiro de un ave. El calor se desprende del pelaje de las fieras, y de su corazón. Las flores monumentales se extienden hacia las estrellas de acuarela. En un extremo del mundo, dos seres se abrazan.
Andrea González Cruz

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