jueves, 30 de agosto de 2012

"TRISTE MARIPOSA AZUL" Por Sheila Moreno Griñón


Un chico y una chica coinciden en un tren, él mantiene su gesto serio, ante lo que ella sonríe, como un acto reflejo él se la devuelve. Él mantiene la misma sonrisa bobalicona el resto del día. En el hospital una enfermera le pregunta sobre su cara y si está preparado para empezar con el tratamiento. ¿Cómo no lo va a estar? ¡Una preciosa chica de ojos azules le ha sonreído! El mundo es maravilloso. 
La enfermera guarda la carcajada  del adolescente como si fuese el mayor de sus tesoros y se acuerda de ella cuando va a tomar su café de mediodía y se le cae al suelo sin siquiera probar un sorbo. Un anciano resbala con él y para desgracia de la trabajadora soporta estoicamente sus insultos hasta que el hombre se va con su enfado y cruza con él la carretera que va desde la cafetería hasta su casa. Un camionero perdido en la melodía de una canción de la radio gira bruscamente. No atropella al viejo manchado de café, pero si a una chica cuyo último suspiro es dado antes de cerrar sus ojos azules.
El enfermo sonríe a la enfermera, aunque con menos intensidad que por la mañana. Está cansado, no sabe cuánto vivirá, pero recibe buenas noticias. Su trasplante se hará ese mismo día. Un donante ha llegado al hospital.
El chico llora de alegría, tal vez, cuando salga de allí pueda volver a encontrarse con la chica del tren.
Sheila Moreno Griñón

2 comentarios:

  1. Sheila me ha gustado mucho este triste efecto mariposa de tu relato. Pero a pesar de ser un poco triste parece enseñarnos el ciclo de la vida, que se cierra y por ello de alguna manera nadie muere.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por tu comentario Asun ^^. Ese era justo el efecto que quería conseguir.

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