martes, 4 de septiembre de 2012

"REW" Por José I. Gómez Arrate


<<-¿Doña Marcela Toledo?, soy el doctor Sentamu, su hijo está bien, la operación ha salido perfectamente, no tiene de que preocuparse, ahora tiene toda la vida por delante.
- Como decano de la facultad de medicina de San Francis Hospital Nsambya, tengo el honor de entregar al señor Jhon Sentamu, el título de doctor en medicina 
- Señor Sentamu, su solicitud de beca para estudiar medicina ha sido aprobada. 
- Si señor Toledo, su aportación va integra a países en vías de desarrollo, intentamos crear  becas de estudios superiores en varios países. Le agradecemos mucho su generosa donación.
- Si señora Sentamu, es una vacuna nueva y muy eficaz contra el Ébola, no le hará ningún mal al niño, tendrá toda la vida por delante.
- Todos vacunados, y nos ha sobrado una dosis. Llévala al pequeño poblado de  Mahyoro, y al primer niño que veas de menos de siete años se la pones. No, no me mires así, es lo que hay.
- Tenemos para un envío inicial a Uganda de once mil vacunas. Cada vacuna nos costó 1,98 euros. Casi la mitad del dinero salió de nuestros socios, el resto de las cuestaciones populares. 
-  ¡Señorita Marcela Toledo!, no he conocido niña más cabezota en toda mi vida.-
- Pero mamá, en la escuela nos han dicho que hay niños que se mueren de hambre.
- Está bien Marcela, es tu paga semanal, puedes hacer lo que quieras con ella. La niña de 8 años, de pelo muy fino y claro, de mirada limpia y labios apretados, se acerca al pequeño tenderete de una ONG local,  y sin volver la vista hacia su madre que la mira con una mueca de orgullo, deposita en la cesta de mimbre una moneda de dos euros.
Alguien pensó una vez, que el mundo no es una unión de países, sino un único planeta.  >> José I. Gómez Arrate.

viernes, 31 de agosto de 2012

"Y en mariposas nos convertimos" Por Ana Castrillo Cutando


Una bandada de pájaros atraviesa el cielo cada día, es todo una coreografía solo conocida para sus aleados aspirantes. Todos baten sus alas al compás de ninguna canción. Nadie se escapa, cuanto más alto vueles peor será la caída. Cualquiera de nosotros se maravillaría mirando hacia arriba contemplando el baile final de despedida. Mientras tanto una minúscula corriente provoca que uno de nuestros pelos más finos se balancee, nadie se entera, solo ella; la mariposa. Una abatida imperceptible para el que no posee una mirada intrigante del mundo.
Un simple aleteo nada levanta, apenas un pequeño grano de arena. La cuestión es, si una mariposa arrastra algo tan insignificante, ¿qué ocurriría si participan en una unión por un objetivo común? La erosión aumenta conforme la solidaridad crece. Pasa lo mismo con la suma de bocanadas de aire; una de ellas no arrastrará nada, pero si las multiplicas el resultado constituye una fuerza aumentada exponencialmente según los integrantes del juego. Por alguna razón las aves forman grupos y nunca el migrar se practica como arte solitaria y separada del resto; “You´ll never fly alone”.
Y nosotros nos empeñamos en disfrazarnos de superhéroes con egos con su propio egocentrismo y, no nos damos cuenta de que no se llega a ninguna parte chocándote con todos. Lo más sensato no es dictaminarte tus propias normas, sino ponerlas en un común acuerdo y sacar algo positivo de todas ellas. Si nos atacamos a nosotros mismos no existirá defensa posible para aquellos cazadores furtivos sin escrúpulos capaces de acabar con cualquier atisbo de belleza flotante. Por eso, yo siempre despego con esta frase: Tú eres tú, yo soy yo, pero juntos ya somos dos.
Ana Castrillo Cutando

"EL PRIMER ALETEO" Por Rebeca Álvarez Rojas

En un día brillante, carente de nubes bloqueando el azul, la Princesa Celeste, recostada sobre un rayo de sol, observa con detenimiento a los misteriosos humanos que dan pasos indecisos en su camino, como si solo pudieran ver el suelo que están por pisar y no sintieran la compañía de otros que van a su lado, pasan sin percatarse de esa breve  brisa que desprende un movimiento vivo. La princesa envidia a esos humanos, odia el castigo que el Rey celestial le impuso: la separo del mortal que la amaba y perdió su corazón en el exilio, condenada a tejer nubes sobre el cielo terrestre en la eternidad, y recordando a su soledad  comienza a tejer nubes espolvoreadas lo más rápido que puede, pero sin descanso sus manos se debilitan y paran de tejer volviendo a sus sueños perdidos. Ella se resiste y, abatida, toma hilos de luz de  las estrellas,  con ellos une a los humanos formando una lúcida red que los dejará unidos a su mundo, que no los dejará sufrir. La red comienza a moverse impulsada por algo invisible,  por los sentimientos desprendidos que se esconden en palabras, en gestos, en miradas…y así las acciones cobran vida, sacuden los hilos hacia todas direcciones, columpiando a otros futuros sin importar lo alejados que parecían. Una mujer extiende su mano y recibe otra a cambio, un hombre canta un mensaje y penetra como viento invernal los oídos y los corazones de muchas más, todas estas acciones por minúsculas que sean  logran extender un soplo infinito que hace vibrar los hilos de luz que unen todo y solo así produce  el nacimiento de una mariposa que, resplandeciente entre aleteos, extiende el sentimiento que la vio nacer. Pero en ocasiones la mariposa cae en pleno vuelo cuando vacilan, cuando creen que sus palabras pierden el sentido. La Princesa se ata a los humanos deseando transformarse en una mariposa.
Rebeca Álvarez Rojas


"CICLO VITAL" Por Andrés Marciales


Abrió los ojos al llegar a éste mundo y el sol le regaló un brillo especial a su mirada. Intentó moverse, caminar, pero sus pequeños y débiles pies simplemente conseguían arrastrar su cuerpo. Aprendió a observar, donde otros solo logran ver. Y comenzó a fantasear con volar, cruzar el cielo. Se dedicó a luchar por sus sueños, no le bastaba soñar.  
Una noche, extrañando su preciado sol en medio del frío, sintió como una suave manta lo cubría. Agradeció el calor y cayó en una profunda siesta, que duró minutos, horas, días. Al despertar se descubrió con nuevas alas, como un adulto, capaz de hacer nuevas cosas, con más libertad, ahora podría llegar donde quisiese. Intentaría llegar al sol.
Celebraba sus renovadas fuerzas dando vueltas en medio del jardín de flores, cuando la conoció. Se buscaron, se olieron, se tocaron. Bastó un breve segundo para saber que eran el uno para el otro. Se amaron. 
Ella al poco tiempo tuvo sus primeras crías. Él ahora estaba más decidido a luchar, había encontrado en el amor el impulso que le faltaba. 
Decidió abrir sus alas y alzar el vuelo, hasta llegar a su más preciado tesoro: al sol. Voló, sin descanso, ni tregua, hasta fundirse en él. Desapareció en el dorado calor y se transformó en un pequeño rayo de luz que iluminaría los ojos de un niño que acababa de nacer.
Como el ciclo vital de las mariposas, debemos entender que nada se pierde, todo se transforma. Es un  ciclo sin fin. Un ciclo que lo envuelve todo. 
Andrés Marciales

"EL ALETEO DE LA VIDA" Por Mónica Monagas


Recuerdo que fue en ese momento cuando sentí dentro de mí un aleteo, un movimiento casi imperceptible, minúsculo, sutil como el de una mariposa que prueba volar por primera vez; fue en ese instante fugaz lleno de significado, de amor, de ilusión, que tuve la certeza de tu existencia y entendí la sacralidad de mi cuerpo que protegía una fuerza potente, infinita, maravillosa: Tu Vida.
Comencé a reflexionar sobre el hecho que esa vida que albergaba dentro de mí, no me pertenecería, que sería como un regalo precioso que debía hacer con mis propias manos para entregarlo al mundo. Serías un libro en blanco con infinitas páginas para escribir, tendrías todas las posibilidades abiertas, un futuro para conquistar, sueños para volar… 
Pensé, sentí: ¡Sí! Dependerás de mí, nacerás indefenso y aprenderás todo lo que digo, cómo lo digo, lo que hago, me imitarás en todo y por todo sin dudar, seguro al 100% que la vida es así.
¡Qué maravillosa oportunidad tenemos los padres para contribuir a un mundo mejor! Yo decidí enseñar a mi hijo que vale la pena ser gentil, sonreir, decir gracias y por favor, expresar sus sentimientos sin miedo, sin necesidad de ser violento, ganarse las cosas bellas, saber esperar, crear, compartir, imaginar, sonar, respetar el espacio y las diferencias de los demás. Yo decidí ser este tipo de madre, convencida de que el olvido de la sociedad acerca de estos valores, es también responsabilidad de todos los padres del mundo.
No es un camino fácil, pero estoy segura que si la mayor parte de estas enseñanzas conformaran su carácter, él trasmitiría a sus hijos y a aquellos que lo rodearán, estos mismos valores; atraerá a su vida personas similares y será sin duda un efecto multiplicador al infinito…de hecho ya lo es, porque desde que soy mamá, cada día trato de ser una mejor persona. 
Mónica Monagas

"EXTREMOS" Por Andrea González Cruz


En un extremo del mundo algo explota. Las ondas destructivas recorren la mitad del planeta. Los edificios de cristal se rompen. Las piedras revientan en miles de fragmentos que rebotan contra el pavimento y el suelo se abre y se traga el aliento de los árboles, la esperanza de las aves, el temor de las fieras. Mil guerras se petrifican en nombre del truncado final de mil historias. El agua serpentea hasta secarse. Resuena el último aullido del lobo sobre la tierra sangrienta. El eco se mezcla con el primer bramido del elefante sobre la tierra eufórica y bulliciosa. La hierba florece hasta encenderse como verde estrella. Al menos tres tríos de puntos suspensivos siguen el camino que estremece a la piel. La lluvia brota de los árboles. El viento florece como suspiro de un ave. El calor se desprende del pelaje de las fieras, y de su corazón. Las flores monumentales se extienden hacia las estrellas de acuarela. En un extremo del mundo, dos seres se abrazan.
Andrea González Cruz

"Las alas que te transportan cuando te paras y observas" Por Ana Julia Martínez Fariña


Cuando era todavía una niña de apenas cinco años, una mariposa multicolor se detuvo frente a mí, era como si me estuviera mirando desde su microscópico, desconocido y fantástico mundo de lepidóptero. Sentí como si ella se volviera gigante y sin palabras ni gestos, solo con su presencia me dijera como debía ser mi futuro.
Cuando cumplí la mayoría de edad, me disfracé de mariposa para un concurso y gané un substancioso premio en metálico con el que decidí emprender un viaje a tierras lejanas. Allí encontré el amor, formé una familia y fundé una ONG con el nombre de: “PÁRATE Y OBSERVA”.
Creo que si todos nos paráramos a pensar y a observar lo que hay a nuestro alrededor, buscaríamos las causas que originan los problemas y tras pensar en como solucionarlos, buscaríamos los medios para conseguirlo.
Está claro que me inspiré en mi propia experiencia infantil, la que me llevó a proyectar mi futuro en base a un imaginario mensaje que mi fantasía de niña llegó a alcanzar.
Soy feliz porque la vida que llevo se la debo a la mariposa multicolor y lo que estoy consiguiendo para los demás también ha sido gracias a ella.
Ana Julia Martínez Fariña

"MUY PEQUEÑA" Por Patricia Dorantes


Ella era pequeña; realmente daba la impresión de en que cualquier momento podría romperse cual delicado vaso de cristal. Por eso, no fueron pocos los que rieron la primera vez que la escucharon hablar de los grandes planes que tenía para el futuro de su vida. Se les hacía increíble que una personita como ella tuviera tan enormes deseos de ayudar a mitigar un poco el dolor de los niños sin hogar. ¡Cómo se atrevía a pensar en meter sus manos en un asunto tan grande!
Sin embargo, ella nunca dejó que las críticas le hicieran sentir que su misión era inútil; sí, quizás sus sueños eran demasiado grandes, pero una arma que los demás desconocían era el secreto que la impulsaba a seguir en el arduo camino otro día más.
Esa arma era el fiero espíritu de otros como ella, que decidieron ayudarle a construir poco a poco un futuro mejor para esos niños, a los que la fría indiferencia humana los había dejado sin alas para volar hacia horizontes llenos de luz.
No les importó dejar meses de esfuerzo sobrehumano en la obra, ellos supieron que todo había valido la pena cuando ante sus ojos se levantó el primer centro que se encargaría de de darles un hogar a esos pequeños sin familia.
Todavía no había logrado darle un hogar lleno de amor a cada uno de los niños desamparados del mundo, y faltaba mucho para que así fuera, pero aún así ella sonrió satisfecha, sabiendo que por cada uno de esos angelitos que volviera a tener fe en la vida, otras mariposas igual de frágiles que ella encontrarían inspiración para no dejar de batir sus alas hasta que sus sueños se cumplan.
Patricia Dorantes

"La mariposa atrapada en la red" Por Alejandro Novella Parroqué


La historia siempre sigue su curso, los caminos marcados ni siquiera son inescrutables, por eso ¿quién es capaz de no tentar a lo que pueda suceder? Somos causantes de nuestra subsistencia, pero todo se erige como una telaraña de vidas enredadas que no llevan a ninguna parte, y de la cual cada uno de nosotros constituimos al arácnido cabrón de turno. ¿Qué pasaría si un día decidimos, con nuestras pinzas, desgarrar un trozo de tejido de esa tela global? Quizás para nosotros no signifique gran cosa, pero para los demás puede convertirse en un salto mortal. Muchas veces no nos damos cuenta de lo difícil que resulta la empatía. Aunque para mí, sin lugar a dudas, lo peor de todo es el asentamiento de la sensación que aparece, en ocasiones, cuando nos preguntamos ¿qué hubiera pasado si…? Allí pasamos a ser los mejores cineastas y, yo calculo, que en un minuto nos podemos llegar a montar dos largometrajes, un corto e, incluso, la banda sonora de lo que imaginamos que pudo haber sido y nunca sabremos si fuera o no fuese a suceder.
Nos gusta considerar que todo está confabulado contra nuestras decisiones. Creemos que todo gira entorno a nosotros y que los demás son meros intérpretes puestos sin razón aparente, qué pena que todo el mundo piense lo mismo. El miedo nos invade cuando inspiramos algo anormal o extraño, nos convencemos diciendo hacia nuestros adentros: “Si no toco y no hago nada raro, todo seguirá siendo igual de normal”. Y es verdad, a la par que lógico, pero yo personalmente tengo una intención, crear el efecto dominó mientras observo como una acción mía posee tanta repercusión que su consecuencia es tan fuerte que puede derribar tantas fichas como personas haya. Este juego es solo para valientes y se acabará cuando llegues a la última pieza de este puzzle, y esa eres tú.
Alejandro Novella Parroqué


jueves, 30 de agosto de 2012

"Las mariposas no mueren, no se oxidan" Por Mario Saúl Moctezuma Salgado


Las mariposas no mueren, no se oxidan. Las mariposas viven en nuestros estómagos. Nacen, crecen, se desarrollan, se activan, descansan, hibernan… e inesperadamente se despabilan y vuelven a “despertar”. Pero no mueren ni se oxidan. Algunas nacen en un segundo siendo ya mariposas, otras tardan muchos años en cumplir toda la tarea de su metamorfosis. Algunas simplemente caminan sobre nuestras paredes de carne mientras vivimos, otras más aletean todo el tiempo sin levantar el vuelo. Muchas de ellas vuelan sin descanso hasta que dejamos de respirar. Algunas más nos acompañan a la otra vida… siempre fieles. Cuando recordamos a una mariposa nuestra que está en hibernación, automáticamente la “despertamos” y vuelve a aletear, y esos simples aleteos nos agitan en tremendos cataclismos de pasión o nos sumergen en remansos de paz y felicidad: eso nos hace humanos y mantiene a nuestra especie a salvo: si no tuviéramos mariposas en el estómago, nada seríamos…
Mario Saúl Moctezuma Salgado.

"DESOBEDIENCIA" Por Carmen Nagy


Mi hermano pasaba por casa para coger algo de comida y agua y corría angustiado de vuelta a la plaza. Él y sus tres mejores amigos pasaban allí las horas, cantando, gritando o incluso corriendo. Mi madre se lamentaba, sobre todo, porque él era un joven prometedor con estudios y de seguir así perdería cualquier opción de trabajar. <<Mujer de poca fe>> le recriminaba mi hermano, o mi padre, o posiblemente ambos.
Ella, la desconfiada de la casa, ponía música mientras limpiaba y subía el volumen del viejo aparato cuando se acercaba algún grupo de manifestantes. Hacía como si no ocurriera nada, pero cerraba sus ojos con angustia. Su único hijo era uno de aquellos locos; nos condenaría a todos.
Él nunca estaba quieto. No recuerdo un solo día que hiciese todas las comidas en casa, y desde que empezaron las revueltas aquello se agravó, igual que su expresión cansada, o feliz, o posiblemente ambas.
La mañana del domingo, la desconfiada y el inquieto pelearon a voces. Un par de vecinas se asomaron a sus balcones para poder oír mejor el portazo que daría antes de correr de nuevo hacia la explanada de Midan Tahrir. 
Resbalé de la cama, me abrigué y casi rodé por las escaleras. La vi de reojo subiendo aun más el volumen. Corrí en la dirección que siempre cogía el inquieto y, no sin dificultades, encontré su mano entre muchas otras y la apreté mientras él se debatía entre la emoción y el desaliento de la responsabilidad de retenerme.
Aquella mañana en la plaza, el ejercito dejó de mirar a los inquietos y les dio las espalda para dejar de vigilarles, o para apoyarles, o posiblemente ambas cosas.
Mi hermano me levantó del suelo agarrándome por los hombros y me dijo <<Cuando dé clases de historia a niños como tú, hablaré de este día, y de mi valiente hermana>>.
Quién podría imaginar, que ayudé sin darme cuenta, a sacudir con fuerza el mundo solo por estar allí.
Carmen Nagy

"LOS DESCENDIENTES" Por Alicia Huecas Menéndez


El niño atravesó a la carrera el elegante salón enmoquetado. Se escondía detrás de los sofás de grandes orejeras disparando con su escopeta de plástico a la tribu de indios más peligrosa que jamás existiera en el lejano oeste.
Se detuvo en seco. En la televisión, una señora muy rubia hablaba de niños, de armas, de guerras. De niños con armas en las guerras.
Nombraron al abuelo. Y a otros. Siempre lo hacían cuando se trataba de armas.
Su padre cruzó una larga mirada con la suya. Se levantó del sillón, le cogió de la mano y le acompañó al cubo de la basura igual que el día en el que se deshicieron del chupete.
-Júrame que nunca más aceptarás estos regalos- dijo su padre.
Alicia Huecas Menéndez

"VOCES" Por María Cristina Beovide


Gritaba para aturdirse con palabras que hicieran tope a los pensamientos feroces que lo extraviaban. Habitado de voces que  insistían en  que no valía la pena vivir después del abandono, se negaba a alimentarse, a jugar, a ser acariciado.
La madre, antes de la despedida, le había dicho que un niño como él siempre iba a encontrar quien lo amara, y él, en apenas un susurro, le rogó  que quería quedarse con ella. 
Sin su mirada todos los caminos se volvieron extraños para Francisco. La sombra devoró el deseo.
Cuando conoció a Carmen, que le confió que anhelaba mucho tener un hijo, él pudo decirle cuánto extrañaba a su madre.  A partir de ese encuentro fue dejando  de  gritar  para hacer tope a los pensamientos feroces porque de a ratos  la ilusión lograba arrinconarlos. La voz cálida se iba haciendo un lugar en el alma del niño, y crecían las ganas de amarse. 
María Cristina Beovide

"MI MÁS SINCERA FELICITACIÓN" Por Paloma Hidalgo


Uno olía a lilas, el otro a brisa marina; uno era pequeño, cabía en su bolso, pero el otro duraba el triple. Tras unos segundos de duda, Jane dejó la barra de desodorante sólido en el carro y depositó el aerosol en la estantería. En Acapulco, Melissa se decantó también por el aplicador roll-on. Y en Shanghái Li-Yuan hizo lo mismo. Como Anaïs en Burdeos y Giulietta en Verona.  En Rabat fue Amina, y en Toledo Angelines. ¡Ah! no quiero olvidarme de Irina, en Kiev, ni de Nicole en Camberra; ni de todas las que no conozco y ese día hicieron lo mismo. Ellas, con su compra inocente de desodorantes sin propelentes,  han conseguido retrasar un año más el acechante cambio climático. ¡Hurra chicas!
Paloma Hidalgo

"LOS SIETE INFANTES DE LARA" Por José Ignacio Señan Cano




Sentado junto a las tapias del Monasterio, Federico sacó su iPad de enorme pantalla táctil y comenzó a escribir un mensaje:
  "pq? no hs cntstdo mi msj. t exo d -. ntp, ns vms mñn. tkm."
No muy lejos de él, paseando alrededor de la huerta, un anciano Gonzalo de Berceo observaba al joven, que frenéticamente movía sus dedos sobre la pantalla de cristal líquido. 
- ¿Me permites que vea lo que has escrito? -preguntó el viejo maestro, interesado por aquella escritura tan novedosa. -¿Cómo se llama esta grafía? No parece latín.
Tomó en sus manos el iPad y comenzó a modificar el mensaje de Federico introduciendo letras y más letras, que parecían volar con el tacto de sus dedos ásperos.
"¿Por qué no has contestado mi mensaje? Te echo de menos. No te preocupes, nos vemos mañana. Te quiero mucho."
Federico lo miraba con estupefacción, sin atreverse a interrumpir los movimientos de aquellas manos que parecían expertas en el manejo del aparato.   
- Siempre he pensado que los mensajes y las ideas se transmiten mejor, cuanto más rico es el lenguaje con que se escriben, -dijo Gonzalo de Berceo, devolviendo aquella máquina diabólica a Federico. Este, desconcertado, apagó el iPad, lo guardó en su mochila y comenzó a caminar lentamente junto al anciano, bordeando las paredes del Monasterio.
- ¿Maestro, es verdad que aquí en Suso están enterrados los siete Infantes de Lara -preguntó Federico con curiosidad.   
José Ignacio Señan Cano


"TRISTE MARIPOSA AZUL" Por Sheila Moreno Griñón


Un chico y una chica coinciden en un tren, él mantiene su gesto serio, ante lo que ella sonríe, como un acto reflejo él se la devuelve. Él mantiene la misma sonrisa bobalicona el resto del día. En el hospital una enfermera le pregunta sobre su cara y si está preparado para empezar con el tratamiento. ¿Cómo no lo va a estar? ¡Una preciosa chica de ojos azules le ha sonreído! El mundo es maravilloso. 
La enfermera guarda la carcajada  del adolescente como si fuese el mayor de sus tesoros y se acuerda de ella cuando va a tomar su café de mediodía y se le cae al suelo sin siquiera probar un sorbo. Un anciano resbala con él y para desgracia de la trabajadora soporta estoicamente sus insultos hasta que el hombre se va con su enfado y cruza con él la carretera que va desde la cafetería hasta su casa. Un camionero perdido en la melodía de una canción de la radio gira bruscamente. No atropella al viejo manchado de café, pero si a una chica cuyo último suspiro es dado antes de cerrar sus ojos azules.
El enfermo sonríe a la enfermera, aunque con menos intensidad que por la mañana. Está cansado, no sabe cuánto vivirá, pero recibe buenas noticias. Su trasplante se hará ese mismo día. Un donante ha llegado al hospital.
El chico llora de alegría, tal vez, cuando salga de allí pueda volver a encontrarse con la chica del tren.
Sheila Moreno Griñón

"EN CADENA" Por Rakel Ugarriza Lacalle


Tras leer aquellas líneas se formó una amplia sonrisa en su rostro, que inmediatamente hizo sentir bien a la persona que se encontraba a su lado en ese momento. Ésta se mostró más amable aquel día con los clientes a los que atendió en su puesto de trabajo, que, a su vez, hicieron sentir bien a aquellos que se cruzaron en su camino y, como una piedra arrojada a un lago, las (buenas) ondas provocadas se fueron expandiendo, dando lugar, a través de pequeños y amables gestos, a un mundo mejor. Como un bostezo abriéndose paso en la boca de una persona, para, al segundo, colarse en la de aquel que lo mira, así de sencillo sería contagiar las buenas acciones. Tan fácil como regalar una sonrisa, una caricia o dulces palabras que provoquen lo mismo a nuestro alrededor, creando una potente onda expansiva capaz de dar la vuelta al mundo. Porque el secreto está en simplificar el camino, en allanarlo en la medida de lo posible para hacer más fácil tanto nuestra andadura como la de los demás. La recompensa final será la de poder acostarnos cada día con la seguridad y la satisfacción de haber hecho lo que estaba en nuestras manos.
Rakel Ugarriza Lacalle

"SÁCALO DEL SACO" Por Ángela Piñeiro Acción


Ave María… Sin pecado concebida…
El padre Lorenzo apoyó sus manos sobre la cabeza del niño arrodillado en su confesionario. Un niño que cualquier madre hubiese deseado como hijo, un hijo sin madre.
-Hoy no quiero confesarme, no tengo pecados –explicó Daniel, mirando al sacerdote.
-¿En qué puedo ayudarte entonces? –preguntó el cura, sorprendido.
-Quiero avisarle que tendrá muchas visitas, y que he dejado los regalos en la sacristía.
Daniel se levantó, giró noventa grados, hizo una genuflexión y se fue. El rostro del cura era digno de ser fotografiado. Cuando logró reaccionar, se apresuró hacia la sacristía donde le esperaba un enorme saco, y un rastro de tierra fina. El muchacho lo había transportado, pegado a sí, hasta que el peso venció a sus jóvenes brazos y optó por arrastrarlo. Contenía más de mil fragmentos de papel, cariñosamente doblados, y una copia de un mensaje de correo electrónico con muchos destinatarios.  Lo leyó…
“Hola, soy Daniel, y hoy cumplo diez años. Es la hora de hacer lo que mi madre me pidió antes de morir, que nunca olvidase compartir lo mejor que tuviese. Os doy mis deseos, me he cansado mucho escribiéndolos, he tardado mucho, pero ya está.  Contadlo, y recoged el regalo en la iglesia de San Cristóbal, pedídselo a D. Lorenzo (el cura). No olvidéis traer algo para los más pobres, haced lo que dijo mi madre y los deseos se cumplirán”.
El padre Lorenzo sintió que le llamaban, dejó de mala gana de leer los maravillosos deseos que había escrito Daniel, y asomó la cabeza por la puerta de la sacristía. Una enorme fila de gente sonriente le esperaba, todos traían algo en sus manos.
Ángela Piñeiro Acción

"UNA GRAN IDEA" Por Ana María Gallo Magliano


Federico caminó lentamente hasta la esquina. Las manos en los bolsillos de su campera.
Hacía frío y el viento arremolinaba las hojas secas a su alrededor. Era domingo por la tarde, la calle estaba solitaria y casi a oscuras. De pronto, se paró en seco, algo se le ha ocurrido, algo que cambiaría su vida monótona y tediosa. Por unos segundos no se movió, hasta que, como impulsado por un resorte invisible, comenzó a correr. Tomó gran velocidad. Cruzaba las esquinas con rapidez, mirando con poco cuidado si venía algún vehículo.
Llegó hasta la casa de Leandro. Golpeó  la puerta, hasta que la madre de su amigo le abrió.
- ¿Está en casa? –preguntó, sin siquiera saludar.
-  Arriba, en su cuarto –contestó la madre.
De dos en dos, subió los escalones y abrió la puerta del cuarto de Leandro.
- ¡¡Ya sé lo que haremos!! –exclamó con agitación y entusiasmo.
- ¿De qué estás hablando? –le cuestionó Leandro, sorprendido por la actitud de su amigo.
- ¿Te acordás de esa gente que no tenía donde vivir, que pasaba sus días bajo un puente?, ¡pues ya encontré la solución! –dijo Federico con satisfacción– ¡Vamos a construirles una casa nosotros mismos!¡Vamos a pedir donaciones, iremos a la televisión, nos haremos conocer!
Su amigo quedó callado, tratando de imaginar quiénes se sumarían a su entusiasmo.
- No estaremos solos. Contagiaremos a nuestros amigos y seremos muchos. Nada es imposible, si creemos. Esto es el comienzo, ya lo verás.
Fede y Leandro fueron los primeros. Miles de jóvenes se les unieron, todo comenzó con una idea: el aleteo de una vulgar mariposa. El resto, lo hacés posible vos.
Ana María Gallo Magliano

martes, 28 de agosto de 2012

"SIEMBRA Y COSECHA" Por Claudia Andrade Carreño


Los Martínez plantaron los cerezos porque a la abuela le gustaban las flores rosadas en primavera, y la multitud de mariposas que venían a visitarla. 
De nada valieron las rogativas. La tierra seca cruje bajo nuestros pies. La cosecha completa está por perderse, vamos a perderlo todo. La sequedad nos gana por dentro, llenándonos de polvo, comiéndose el sudor de nuestras frentes, llevándose nuestros sueños tras las lluvias que se marcharon. Nuestro hijo, con la cara sucia de polvo, nos mira mientras todo se va secando. Corre tras la mariposa azul electrizante, hipnotizado por el sinuoso baile que efectúa enamorando al viento. No quiere cazarla, porque es de esas magnificas visiones con el poder de cambiar los pasos y detener el tiempo en su mágico pasar. Abanica sus manos agitando la corriente de aire para que la maravillosa criatura que lo embelesa pueda ejecutar movimientos todavía más intricados sobre su cabeza. La mariposa azulada, se eleva en la corriente de aire, hasta perderse de vista en el cielo. Siempre en movimiento, elipse tras elipse, la mariposa intensa y azul, enamora a las nubes hasta las lágrimas. La cosecha, se salva.   
Hace años que los Martínez se marcharon a otras tierras, los cerezos continúan floreciendo en primavera, atrayendo centenares de mariposas.  
Claudia Andrade Carreño

"COMO BANDADA" Por Javier González Delgado


No se sabía por qué, pero cuando coincidía que la temperatura descendía y la jornada se hacía más corta se agrupaban y esperaban todas atentas a que ocurriera algo. Llevaban días engordando y sintiendo que sus cuerpos eran distintos, pronto iban a darse cuenta que lo que les pasaba a cada una de ellas le sucedía a todas al mismo tiempo. Sin aviso la turbación se empezó a calmar en la medida en que se fue incrementando un rumor que se convirtió en rugido, empujándose las unas a las otras emprendieron el camino como cada año. Esta vez a contraviento de aquella sensación tan fuerte y atrayente que era guía imprescindible, placentera siempre en la ida aunque un tanto incómoda en la vuelta.
La de más experiencia ocupó el hueco en el extremo adelantado, las demás la seguían entregadas. Ya fuera hacia arriba o hacia abajo, afuera o adentro, izquierda o derecha, todas eran fuente y destino de una única voluntad, convertidas en un solo cuerpo avanzaban hacia el lugar tan ansiado por muchas como inédito para otras, pero para todas una necesidad que completaba un nuevo ciclo de vida. Así agrupadas se hacía más fácil el camino, con menos esfuerzo se progresaba sin temor a enflaquecer porque juntas eran mucho más que la suma. El instinto no fallaba, pero la experiencia era igual de importante, por eso las más jóvenes se deslizaban hacia atrás para que las más veteranas fueran adelante. Para los imprevistos entonces el relevo era rápido y sencillo y así cualquier peligro se subsanaba de inmediato. 
Llegaron al final y poco a poco se fueron acomodando, todas a la vez y sin que nadie faltara, sin que nadie sobrara. Será la naturaleza la que provea de energía a todas y a todas excitará para que vuelvan a desandar el camino a la espera de su eterno retorno.
Javier González Delgado

"Efímera existencia" Por Marcela Langenhin


Lepidóptera,   no eres consciente de la metamorfosis que se manifiesta en tu ser.  Naces a la vida oruga. Oruga  creces  hasta convertirte en crisálida. Crisálida  mudas a una hermosa mariposa. Mariposa que como  todos los seres llegas al caos del mundo. Mundo que el hombre intenta predecir. Predecir dentro de determinadas variables. Variables que pueden ser modificadas por tu simple aleteo. Aleteo vital que te permite vivir. Vivir sin conciencia de los cambios que ocasionas en el mundo. Mundo que te contiene y te admira. Admira la alegría con la que  cultivas tu efímera existencia. Existencia necesaria para mantener el equilibrio del universo. Universo que se brinda para que perpetúes la  especie.

Marcela Langenhin

"EL DONANTE" Por Cala Nevado Cerro


Camina  atento al  pasillo; desea ser atendido por  su enfermera favorita. Llegará en un momento, le dicen. Poco tiempo después la busca  ávidamente, y pregunta de nuevo en su despacho. Elije del rincón un sillón de dos plazas, la espera. Entre tanto escucha los ruidos de  las continuas retahílas entretenido. Sonríe para sí con las letanías de una pareja que, acaban en discusión. Sentado  cerca de la puerta sigue  las entradas y salidas de los sanitarios. 
El descanso del desayuno termina, y Luisa parece que llega. Se mueve con prisas y desenvoltura entre el intrincado de sillas y enfermos. Lo descubre al fondo del consultorio; amablemente se sienta a su lado. Alborotándolo con el repique de su  risa invade su taciturno silencio; hasta que ve cambiarse el surco tenso de su  boca, por una sonrisa más natural.  Con mirada escrutadora Julio  le pregunta: cuánto tardará la extracción.  No le sorprende que su donante favorito  le  espete esto. Es muy nervioso.  Ignora el comentario  y lo distrae con  anécdotas.  Él, como siempre, le explica que desde joven ha sido desprendido con su plasma, -¡pero con estas venas tan finitas, tengo muchas dificultades! Hay ocasiones donde me resulta  insuficiente  toda la calma que ha aprendido con el yoga ¡Precisamente práctico para usarlo los días que vengo  a  donación! Creo que siempre lo pasaré mal ¡Tranquilo!, no lo pienses Nos queda… mucho tiempo. El suficiente para poder practicarlo como hasta ahora  ¡Ves valiente, tus venitas no nos tratado tan mal, ya hemos terminado!
Cala Nevado Cerro

"CONSECUENCIAS" Por Johny Roberto Mendoza


Todo es centro de todo,
 todo es centro de la nada
 la consecuencia de todo
en el Big-Bang dicen.

Todo gira desde el centro
y el centro gira desde su centro
y la tierra gira y el sol gira
y todos juntos giran
en la Vía Láctea
y la Vía Láctea gira en la galaxia
y la galaxia en el universo
y el universo gira alrededor de uno.

Y todo es cadena desde el principio,
y el principio gira alrededor de Dios
cuando fue oruga
y hoy que es mariposa percibimos sus consecuencias. 

Johny Roberto Mendoza

"EFECTO MARIPOSA" Por Julio Ricardo Estefan


“El aleteo de las alas de una mariposa 
se puede sentir al otro lado el mundo”
Proverbio Chino.


La poesía agita sus alas en Tokio
y Basho evoca un camino desierto y un crepúsculo que luego recordará Cortázar.

La poesía agita sus alas en Italia
y Salvatore Quasimodo es atravesado por un rayo de sol.

La poesía agita sus alas en Buenos Aires
y Borges ve como vienen, por ese río de sueños y de barro, a fundarle la patria.

La poesía agita sus alas en México
y el llano de Rulfo arde en llamas incendiando todas su metáforas.

La poesía agita sus alas en Baltimore
y un cuervo entra por una ventana y se posa en la sala de Edgar Allan Poe.

La poesía agita sus alas en España
y un manco escribe las locuras de un hidalgo que agota los caminos de La Mancha.

La poesía agita sus alas en París
y un cadáver sobre la mesa de Bretón despide fragancias exquisitas.

La poesía agita sus alas en Chile
y Neruda contempla una noche con estrellas que tiritan a lo lejos.

La poesía agita sus alas en cualquier parte del mundo
y el huracán se produce aquí, dentro del cuerpo.

Julio Ricardo Estefan

"AMOROSO" Por Cala Nevado Cerro


Todo tiene que ver con todo y todos los seres humanos somos interdependientes.

“Amoroso” acaba de soplar las luces que iluminan su tarta de cumpleaños. Treinta y ocho velas, sobre nata fresca y chocolateado bizcocho son un torrente de cera de colores. Fijamente las mira; ve apagarse, sucesivamente, pasto de las llamas, una vela tras otra al recibir el impacto de su aire fresco que, se extiende sobre la vecindad de todas  ellas, de  una en una.
El brillo artificial y rojizo, prolongado en su rostro, ya desaparece de su mirada, y también de las caritas de los niños autistas; su alumnos de sexto curso de educación especial, que embobados la observan. La rodean, gesticulando un cumpleaños feliz poco ensayado. El gran corro bordea los márgenes de la gran mesa de manualidades que sus compañeras han convertido en un banquete alegre e improvisado. El momento crece y es tan especial que despierta en ella, hoy disfrazada de “amoroso”, una leve y quebrada sonrisa difuminada. Intenta ponerlos a prueba y comprobar si la reconocen. Solo se destaca el brillo de sus ojos, por el resplandor de las  llamitas agonizantes que, dejaron poco a poco de brillar.
Su mirada ansiosa, como la luz anaranjada, se dispersa, y aleja del pastel, para ir a posarse, mecánicamente, sobre los rostros esperanzados de los niños que, ajenos a su melancolía, ríen mientras ven acercarse su turno; con la ilusión intacta de probar el esperado pastel. Paula disfrazada de oso quiere agradar la mirada de sus alumnos, organizándoles una fiesta de su cumpleaños. Desea comprobar, cuantos instantes pueden estar atentos a un personaje; si este les atrae, e incluso llegan a reconocerla, ¡y si la descubren debajo del disfraz!
Paula en este tiempo, durante  su fiesta y entre las espirales del humo; se ha sentido feliz. Hondamente, no ha dejado de pensar  en sus ansias de maternidad.
Cala Nevado Cerro.

"Pequeñas modificaciones pueden ocasionar grandes cambios positivos en la humanidad" Por Cala Nevado Cerro


Detrás de mí, ella vestía su cuerpo delgado con una rebeca celeste, e imponía su presencia generosamente.  Su pequeña estatura se agitaba compulsivamente, como si el gozo de la mejor diversión quisiera apurarlo. Ese rostro fresco, y abundante de color, le dirigía su voz y sus brazos; escurriéndolos  por todos los rincones que le separaban de él. Este, cada vez más abatido e intranquilo, se debatía con su centro de gravedad, para no aplastarme en su caída.
Vi que era  su hombre. A juzgar por el parecido con los chicos. La misma fuerza en la mirada; la misma ansiedad reflejaban las pupilas del africano, que las oscuras y profundas expresiones de los cuatro chicos.
Afortunadamente conseguí abandonar gustosa el protagonismo del momento. Complacida, ante la increíble visión de numerosas manos agitadas, bocas, lágrimas, risas, sollozos, cuerpos… formando una gran esfera, que rodaba, y rodaba por los suelos de Ciudad del Cabo. Contemplé algo que salía despedido y que llegó a mis pies. Era un librito pequeño, muy gastado. Desde mi altura podía leer en su pasta marrón “Pasaporte” impresionada lo recogí, y de un vistazo husmee en sus páginas: Nacionalidad: Surafricana. Lugar de nacimiento: Ciudad del Cabo Nombre: Tahifa. Edad: 41 años. Visado en: Ciudad del Cabo- Madrid- 6 de Enero de 2000 Con curiosidad aparente, seguí leyendo el matasellos de la página siguiente y visado en: Madrid- Ciudad del Cabo –14- de Febrero de 2012. Esto me hizo comprender… Dieciséis años después, Tahifa volvía a reunirse con los suyos. Continuaban siendo igual de pobres y de familiares.  
Cala Nevado Cerro.

"RUEDA" Por María del Carmen Guzmán Ortega


-Mamá —pregunta el niño— ¿si todas las personas del mundo nos agarráramos de las manos haciendo un corro muy grande muy grande pidiendo la paz, tú crees que se acabaría la violencia?
-No lo sé —responde la madre— pero eso no es posible, hay océanos por medio.
-¡Claro que es posible! Podemos poner todos los barcos del mundo en fila, para que dieran la vuelta al mundo y así, los pasajeros se podrían agarrar de las manos.
María del Carmen Guzmán Ortega.

lunes, 27 de agosto de 2012

"El mejor recurso eres tú mismo" Por Natalia Sánchez

Necesitamos dar explicación ante todo aquello que ocurra a nuestro alrededor. Hay quien encuentra respuesta creyendo en una religión, y otros se dejan encandilar por la magia que rodea al término destino. 
Cada cual que crea en lo que quiera, que para eso disfrutamos de una supuesta libertad.
Pero hay algo que no se debe negar, podemos ocultarlo o mirar de reojo, pero hay características y hechos que se han ido asimilando, que hacen del mundo un lugar demasiado diferente según quien lo cuente, se llaman desigualdades, y nuestras actitudes las fomentan o eliminan. Cambiar el mundo no es necesariamente un sueño juvenil, se llama tener vida.
Algo que no todos llegan a aprender es que el verdadero valor reside en uno mismo, en las diferencias que hacen de cada cual una persona única. Parece ser que darse cuenta de esto resulte peligroso para aquellos que quieran mantener su gran poder, pero lo cierto es que  tenemos el don de poder hacer felices a los demás. Necesitamos un cambio en la sociedad, gentes con ganas de vivir e ideas buenas que llevar al acto.
No es cuestión de integración, o la creencia de un mundo mejor. Es más simple. Somos recursos los unos para los otros, tenemos capacidades y pensamientos en los cuales todos quedan incluidos. Podemos ser parte del camino de aquel que esté a nuestro lado, cualquiera que sea su nombre, edad, religión, o etiqueta social establecida.
Del término persona no puede excluirse nadie. No podemos olvidar que lo maravilloso del mundo reside en la variedad de sus gentes, que para gustos los colores, y cada cual que aplique su regla.
Natalia Sánchez


"Una historia pequeña que se volvió grande" Por María Isabel Galván Rocha


Del cielo cayó en espiral, una abeja, y murió en manos de una niña, en sus labios no quedó el silencio, ni su tristeza sería fortuita, y así miró; en lontananza, una quieta y perenne nube con sus aromas cenizos que la hicieron toser. De nuevo, otra espiralita hizo trágica aparición, un gorrión en aproximación, y en el suelo quedó. La niña lloró con ambos. A la mañana siguiente ella no deseaba la misma suerte. Un cartelito, hecho por la niña, avisaba que en el bosque no debía transitarse en coche. Pero uno no alcanzó, ni a mirarse, ni ser visto, por tantos paseantes. La niña convocó a sus amigos, y unos cuantos la siguieron. Comenzó su trabajo. De la labor de días, el bosque se lleno de cartelitos. Primero fue un coche el que no pasó. Con el tiempo un lugar se les destinó  —como ella decía— a todos esos viejos trastes. Y así quedó que para el bosque no era bueno retener tan perversos olores. Una historia pequeña que se volvió grande con el tiempo. Así la niña de un antiguo año, invocó, con la muerte de una abeja y un pajarillo, el que nunca, los coches debieran con su trajín,  transitar en los senderos vivos de los bosques.
María Isabel Galván Rocha 

"Un virtual efecto de un “aleteo” puede existir…" Por José Antonio Agraz Sandoval


Creo ser afortunado porque vivo en un pueblo localizado en los límites de Michoacán, México, donde año tras año las hermosas mariposas monarca pasan alegremente revoloteando sus alas, algunas hacen un alto para libar el néctar de las flores de mi huerto, es comprensible ya que han viajado miles de kilómetros para protegerse del crudo invierno del norte, las intenté seguir con rumbo a mi apiario de abejas africanizadas ubicado en la montaña, donde hay un frondoso huerto y un árbol seco en el cual se escuchaba el picotear en la madera por un pájaro carpintero. Tiempo después en el mismo lugar arreció el viento pues se avecinaba una tormenta, me sorprendí al ver en el cielo algo extraño como un espectro en movimiento que venía hacia mí, pensé que era un enjambre de abejas, pero ¡oh, sorpresa! ¡No eran abejas, sino mariposas monarca! el espectáculo era maravilloso, estas mariposas escapaban del vendaval, eran unas mil, volaban de 3 a 15 metros de altura, como a 25 kilómetros por hora, porque viajaban en dirección del viento, un instinto las hacia aletear para intentar alejarse de la biosfera con rumbo a Canadá. En la provincia de La Rioja, España existe una organización no gubernamental que promueve la importancia del efecto mariposa en el mundo. Pero es triste darse cuenta que cada vez  hay menos mariposas monarca y otras especies, esto se debe a varios problemas generados por el hombre: destrucción de plantas, tala de bosques, insecticidas, contaminación, al ver los drásticos cambios logré reflexionar, por eso trato de dar alguna opinión urgente para que se pueda vivir en respeto mutuo en el tiempo que viene, así que decidí enviar mensajes para preguntar si unas mariposas vuelan en Argentina y Estados Unidos, a su vez ellos preguntarán en la primavera a sus amigos de China y Rusia respectivamente, para saber si aún sobreviven los insectos más hermosos que existen. Hay que promover este “aleteo” virtual sugiriendo su cuidado, pues son tan frágiles que de ellas depende el sustento de la vida, porque sin su polinización afectará al planeta entero.
José Antonio Agraz Sandoval. 

miércoles, 22 de agosto de 2012

"ESTE ES MI ALETEO" Por María Mas García


Mi aleteo se dirige hacia cualquiera que lo necesite.
Mi aleteo no tiene fronteras, ni límite en el tiempo. 
Cuando vuelo, proyecto una energía que es captada por uno o varios receptores, que a su vez van contagiando de manera inconsciente a otros.
Esta energía la transmiten de nuevo allá donde quiera que vayan.
Es mágico contemplar cómo una insignificante mariposa tiene el poder de provocar millones de aleteos por todo el mundo.
Abrid el corazón, vuestras alas y prepararos para volar.
Volar por siempre.
Miles de personas aleteando a la vez.
¡Glorioso!
María Mas García

"Sin título" Por José I. Gómez Arrate


¡¡Hola, hola!! Me llamo Claudio, y estoy muy contento.  Me ha contado mi padre que los compañeros humanos han dejado una gran parte del arrecife Australiano libre de pesca y de su acción contaminante. A mi familia nos viene muy bien, vivimos al ladito de Tasmania, y mi padre me ha asegurado que hemos estado a punto de extinguirnos
Parece que en algunos lugares lejanos, hace mucho tiempo, algunos humanos entendieron que el planeta era de todos y para todos. Y se movieron, y movieron otros humanos y cosas, y como una ola se fue extendiendo en el tiempo y el espacio. Y llego aquí, y ha sido genial, mi especie vivirá. Según lo explica mi padre, un desconocido, un día decidió cambiar las cosas, y creyó y actuó, y luego otros creyeron y actuaron.
Yo no sé si lo entiendo bien, pero parece que si se mueve algo en alguna parte del mundo, tarde o temprano llega a todo el planeta, “efecto maravilloso”.
Por cierto, soy un cangrejo y mi padre me ha dicho que algo tan normal para nosotros como regenerar patas, antenas e incluso una parte de la cola, a los compañeros humanos no les es posible. Y como estoy muy agradecido a ese “efecto maravilloso”, os voy a dar mi nombre científico para que podáis aprender  nuestro poder de regeneración. Mi nombre científico es Ocypode... Ocypode… , ¡vaya! no me acuerdo, tendréis que averiguarlo vosotros  si queréis  aprender nuestro poder de regeneración. Es que estoy un poco nervioso,  mi novia por fin a mudado el caparazón, y bueno, jeje, ya sabéis, hoy es el día...
En 1963, Edward Lorenz, desarrolló la Teoría del Caos y acuñó el término "Efecto Mariposa". "El aleteo de una mariposa en Brasil puede desatar un tornado en Texas" fue su frase.
José I. Gómez Arrate

jueves, 16 de agosto de 2012

"ANGÉLICA Y LA MARIPOSA" Por Roxana Rosado.

<< Angélica solo pensaba en una cosa. Estaba furiosa porque  no tenía para pagar sus deudas, estaban a punto de cortarle la luz, se había quedado sin teléfono y además, había perdido las llaves. Con alguien tenía que desquitarse. Entró por la ventana y al ver la mariposa en la mesa, solo pensó en descargar su frustración por todas las tragedias que tenía en su vida. Así que, con todas sus fuerzas, aventó el periódico a matar. Cuando lo levantó, no había nada. Ni rastro del bicho –pensó-. Siguió con sus deberes tratando de olvidar. En la casa de enfrente, un  niño enfermo de cáncer miraba el jardín. Incapaz de ponerse de pie por la debilidad, se contentaba con mirar el exterior a través de la ventana y soñar con que pronto estaría corriendo nuevamente. El tratamiento lo debilitaba y últimamente era difícil sacarle una sonrisa. Simplemente no había forma. Le llamó a su amiga para invitarla a tomar un café y platicar un poco porque casi no podía salir. Angélica aceptó la invitación y tomando el duplicado de las llaves salió con unas galletas en la mano. Ambas amigas se saludaron y platicaron animosamente. Luisito seguía serio, adolorido y triste. Pero de pronto, se escuchó una risa. La mamá del pequeño sonrió y dijo –creo que por fin mi hijo ha encontrado algo que lo hace feliz-. Se levantaron del sofá y, sigilosamente, caminaron hasta la otra habitación. Y ahí estaba. Reía feliz. Por un momento se había olvidado del dolor, de la silla de ruedas y de su enfermedad. Posada sobre su mano estaba una mariposa multicolor, moviendo sus alas. Angélica bajó la mirada avergonzada y comprendió que todo lo que uno hace tiene un efecto en los demás. Al levantar la cara, sonreía. Sus problemas pronto pasarían. No eran nada comparados con la enfermedad de Luisito, quien, olvidándose de su problema, se reía al contemplar al animalito. >> Roxana Rosado

"SIN TÍTULO" Por María Belén Alonso


<< Esa tarde los hijos del flaco iban a ir a tirar las cenizas de su padre al rio y por fin no iba a haber nadie en la casa. Así que ella habló con su hermano para que vinieran muy temprano a buscar  todo el equipo de grabación. Él le daría un mejor uso, seguramente.
Cuando escucho alejarse la chata, sintió un escalofrío. Ya estaba hecho. Ojala entendieran  que lo había hecho por el bien de ellos. Ojala esto sirviera para que frenaran esa lucha sin cuartel por quien se quedaría con ese legado, gobernada más que por la ambición, por la angustia y la frustración de haber perdido al ser que mas los amaba. No podían separarse justo ahora. Se necesitaban más que nunca. Ella no lo iba a permitir. 
Y su hermano supo aprovechar la oportunidad. Apenas llegaron a la escuelita de música de la villa, bajaron todos los equipos y con la ayuda de un  amigo electricista acomodaron todo antes que llegaran. Por fin iban a poder grabar el demo para enviar a la productora. Los chicos estaban esperanzados en ser elegidos para acompañar a Roger Waters en River y practicaban ilusionados tres veces por semana, soñando en cantar sobre un escenario grande. Ojala esa oportunidad les abriera la puerta al futuro promisorio que tanto necesitaban para seguir.
Y se les dió. Una noche tibia se subieron a un escenario de verdad por primera vez. Sus caritas estaban radiantes. Tocaban el cielo con las manos. Y mientras disfrutaban ese instante único, en cada una de esas cabecitas sueños de una vida mejor se proyectaban: se convertían en cantantes famosos, ayudaban a sus familias, viajaban, ponían una escuelita de música, se podían comprar unas zapas nuevas y  los instrumentos que necesitaban para su vocación. Esa noche eran escuchados por miles de personas. Miles de almas les prestaban atención. >> María Belén Alonso

"EL VIAJE DE LAS MARIPOSAS" Por Jesús Manuel Guillén Jiménez


<< Desde mi asiento  miro, a través de la ventana, el mecer de  las hojas de dos robustos sauces que soportan las inclemencias del paso del tiempo. El cielo está nublado, lloverá en breve. Me pregunto si en algún lugar del mundo una mariposa monarca batió sus alas  nublando el cielo que ahora me cubre. En breve lloverá. Si fue así, qué efecto tendrá que miles de monarcas migren en agosto desde California, en Estados Unidos,  hasta Santa Cruz, en México. Un viaje de más de 5000 kilómetros que es completado por varias generaciones. Una incógnita para los investigadores que no alcanzan a comprender la organización de estos insectos. Vuelan en una sincronía digna de una orquesta.  Todo un espectáculo de la naturaleza.  Esto me lleva  a preguntarme ¿Si baten sus alas miles de mariposas  se forman huracanes? ¿Si viajan miles de hombres, mujeres y niños habrá terremotos? ¿Si hombres sedientos de derechos, de libertad, de trabajo, de igualdad abandonan su tierra en búsqueda de oportunidades lloverá granizo o vendrán olas de calor? ¿La brazada de un hombre que nada en el mar Mediterráneo camino de la playa andaluza producirá un tsunami? ¿Las lágrimas de niños que tienen hambre o están enfermos llenarán mares? ¿Los gritos de ayuda de los que están oprimidos nos romperán los tímpanos? ¿Las balas perdidas de las guerras romperán los cristales de nuestras ventanas? ¿Si muere un hombre en un genocidio por efecto acción-reacción morirá el mandatario que ordenó su ejecución? 
¿Qué pasaría si damos alimento a esas mariposas? ¿Y si exigiéramos que nuestros líderes alimenten nuestros derechos y nuestras libertades? ¿Qué ocurría si nos dieran oportunidades? ¿Qué pasaría que fuésemos iguales? >> Jesús Manuel Guillén Jiménez 

miércoles, 15 de agosto de 2012

"ELOGIO A LOS ABUELOS LEECUENTOS" Por Laila Emilia Daitter

<<  Pequeñas modificaciones pueden ocasionar 
grandes cambios positivos en la humanidad.

Entre sus manos arrugadas se cobija un libro que insinúa risa. Sus ojos de azúcar  buscan mi mirada para comenzar con un “Había una vez… “. Poco a poco su voz gastada dibuja monos que hacen piruetas, elefantes que ocupan mucho espacio, duendes con barbas mágicas, princesas durmientes,  bichos bolitas  solitarios, brujas con complejo, palacios eternizados,  tortugas coquetas, pajaritos remendados, genios escondidos en lámparas, alfombras que vuelan hacia lugares lejanos, semillas que crecen hacia el cielo donde habitan los ogros malos, hadas madrinas con sus varitas de deseo y patitos feos que abrazan cisnes encantados.  Las muecas de su cara hechizan el aire, me pierdo  en las nubes de las palabras  y saboreo cada hoja que entorna con sus dedos inquietos. De pronto, algo me envuelve como un abrazo tibio de crisálida.  Hasta que un “Colorín Colorado…”  se torna en conjuro. Entonces,  me bajo de las nubes, aleteo buscando entre sus ojos, recorro las arrugas de sus manos, espío los colores del libro por última  vez absorbiendo el aroma de sus hojas y descubro que me crecieron alas. >> Laila Emilia Daitter

"UNA MARIPOSA EN LA PIEL" Por Miriam Villoslada Puigcerber


<< A Claudia nunca le habían gustado las mariposas. Ni las mariposas, ni los insectos en general. Pero especialmente las mariposas. No entendía cómo podían gustarle a nadie, si, al fin y al cabo, no eran más que simples y asquerosos gusanos transformados. ¡Las mariposas eran polillas coloreadas! Además de ser muy débiles: sólo con tocarles, sus alas se podían romper, y ¡hasta había algunas qué solo vivían un día! Nacían al amanecer, y morían al anochecer.
Por eso, cuando su amiga Elena se tatuó una mariposa en el omoplato derecho, Claudia se sorprendió bastante. No entendía el por qué de ese horrible tatuaje.
Elena le explicó que ese tatuaje esa un símbolo, un homenaje. “¿Nunca has oído que si una mariposa en Hong Kong bate sus alas, puede provocar una tempestad en Nueva York?” 
Claudia se quedó un rato pensativa. Ahora entendía que las mariposas no eran tan insignificantes como ella imaginaba. 
Elena era voluntaria en una ONG desde hacía varios años, y con ese tatuaje quería demostrar que una persona en solitario, al igual que una mariposa, es débil, pero muchas personas juntas pueden provocar grandes cambios. Le contó a Claudia su experiencia como voluntaria, lo enriquecedora que había sido para ella su labor estos años; todo lo que había aprendido y lo que le había aportado en su vida, y cómo esto le había hecho crecer como persona. Claudia no lo dudó: decidió iniciarse en el voluntariado. “Eso sí, ¡no pienso tatuarme nunca una mariposa!” exclamó, entre risas. >> Miriam Villoslada Puigcerber

lunes, 13 de agosto de 2012

"EL EFECTO PALABRA" Por Juan Emilio Ríos Vera


<< Todo está íntimamente intercomunicado.
El mundo es una aldea global donde todo lo general repercute en lo local y viceversa.
El aleve aleteo de una mariposa provoca huracanes en la otra parte del mundo.
El efecto invernadero nos condena a vivir a todos los humanos en una inmensa nave bajo un techo asfixiante de plástico  donde el calor es insoportable.
Dicen que las palabras lanzadas al éter no desaparecen nunca y van alejándose en los vericuetos  más íntimos de los edificios, resistiendo el azote del olvido.
Yo aquí y ahora, sabiendo todo esto, voy a pronunciar alto y claro en esta estancia vacía que acoge mi voluntaria soledad la palabra CULTURA, para que, como una mariposa de alas invisibles, se expanda por el espacio y el tiempo y cree en el otro confín del planeta un poema, una canción, una película o un cuadro, que como un boomerang regresará a mí dentro de un no muy lejano lapso de tiempo y me enriquezca el espíritu, aunque yo  nunca sepa ni nadie que fui el verdadero arjé de esa maravilla.  >> Juan Emilio Ríos Vera

"SONRISAS" Por Beatriz Pérez


<< -Cuidado, casi pisas a la pobre flor- la chica apartó con cuidado al niño pequeño. 
El niño miró extrañado a la joven mientras hacía una mueca.
-Si solo es una estúpida flor.
La chica se rió y le dijo que se acercase con la mano. Le mostró lo que él no podía ver.
-Mira, en esta bonita flor hay algo que no has visto.
-¿Una mariposa?¿Y qué más da? Solo es un bicho.
-Un bicho muy bonito y especial. ¿Sabes por qué? Porque esta mariposa le sacará una sonrisa a la próxima persona que la vea. Esa persona regalará su sonrisa a otra y la felicidad se expandirá y todo puede llegar a cambiar aunque sea por poco-. El niño la miró algo ofendido.
-¿Si es tan poco el cambio para qué preocuparse?
-Porque esos pequeños motivos se expanden y se convierten en una fuerza mayor. Una gota de agua es enana e insignificante, pero miles de gotas forman un poderoso océano en el que habitan miles de especies. ¿Comprendes?- el niño negó con la cabeza sin comprender.
-Lo entenderás cuando seas mayor pequeño. Ahora vete a jugar con tus amigos.
El niño le hizo caso y salió corriendo. Entre juegos se dio cuenta de una cosa: una niña había visto la mariposa de la que estaban hablando y su sonrisa resplandeció en su rostro. Su alegría llegó a un grupo de ancianas, luego a los amigos de estas. Las  madres se alegraban por sus hijos. La señora del quiosco tan gruñona se inundó en la ajena felicidad e hizo un descuento a uno de sus clientes. Y ese cliente al salir regaló el vuelto a un señor viejo. 
Se sorprendió al notar que él también tenía una sonrisa. >> Beatriz Pérez

"EL ECO" Por Gines Mulero Caparros


<< Cuando la mariposa de luz enlagunada en una vasija con aceite se apagó, dejando caracoleando en la penumbra, un humito blanco, tenue e hipnotizante, al tiempo, la Madre Teresa de Calcuta batía con su último latido, no sólo el reconocimiento y la caridad y la bondad y la ternura y el amor que llegaba a las antípodas, sino que además remeció en conmoción laudatoria, como epilesia beatífica, como vibración última del cuerpo, como primera del alma, como paradigma y terremoto, al mundo entero, ero, ero, ero.  >> Gines Mulero Caparros

"LA OSA QUE HIBERNÓ EN LO ALTO DE LA MONTAÑA" Por María Isabel Galván Rocha


<< La alejaron las construcciones que el hombre había hecho en el bosque. La osa tomó  distancia del lugar, y se marchó a las cercanías de la  montaña. También la naturaleza hacía su llamado, la osa debía hibernar. En la próxima primavera, entonces enflaquecida y con hambre,  pariría a sus cachorros. 
Pero ahora estaba  rozagante y fuerte para soportar la larga estancia en ocasión del invierno. Cerca de la montaña, buscaría alguna cueva que le satisficiera. Más tarde, no encontraba el lugar adecuado y siguió más arriba, hacia los glaciares. La osa gruñía con cierta exasperación. Nada le brindaba el lugar oculto y tibio que la protegiera.
Después olfateó una pequeña pared de hielo que cubría una cueva. Con sus fuertes garras, trozó el hielo, adelgazado por los tibios inviernos de años pasados.
Así, cuando la pared de hielo cayó,  se adentró en la cueva, dio media vuelta en el pasaje. La osa echó un vistazo. Le pareció perfecto estar alejada de la luz y el frío, y que estuviera cerca la entrada. Dio unas vueltas y se acomodó. El proceso inició en su cuerpo,  minutos más tarde, la osa respiraba con lentitud. 
Dos días después, una  noticia inexplicable daba la vuelta al mundo.  El alud se había generado de un momento a otro y  sin previo aviso, sepultó a una pequeña ciudad en el valle, al otro lado  de la montaña. >> María Isabel Galván Rocha

"MARIPOSA DEL DESIERTO" Por Carmen (Maika) Echarri Yábar


<< En el desierto de Gobi, el sol brillaba ardiente, mientras el alma de tu hijo exhausta, desplegaba sus alas hacia la eterna madrugada. Vagabas perdida, sin rumbo fijo, descalza, con tus pies quemados sobre las dunas doradas. Buscabas con desespero rosas blancas, sin espinas, perlas llenas de esperanza. Y de tu cuello de cisne, sobre tu pecho ardiente, colgaba un collar de piedras calientes, de cuarzo hialino y transparente. Al amanecer, con el alba, vestida con tu blanca shilaba, alzabas tu voz desgarrada, a los vientos celestes. Y tus lágrimas rotas se convirtieron en enormes diamantes, puros, color añil, como el iris de tus ojos brillantes. Madre, tu clamor, lleno de coraje, era un cántico a los dioses. Un canto a la “Libertad”  en el oasis de tu morada inmortal. Y al reposar ya tranquila, encontraste la paz que nunca hallaste. Ante tanta sequía, tu alma y tu esencia eran agua viva. Y en el anochecer de tus sueños cohibidos, bajo la luna llena, tu alma yacía plácida, sobre un lecho de rosas prohibidas. En el jardín de tus anhelos, eras dueña de tu alma, antes cautiva. Tu espíritu, salvaje era libre, sin cadenas, ni diamantes de sangre. Acunaste entre tus cálidos brazos, como algodones de nubes que rozan el paraíso celeste, a tu frágil mariposa, desgarrada. Arco iris de colores, emprende con tus alas rotas, tu dulce vuelo hacia la eterna madrugada. Mariposa del Desierto despliega tus alas al viento, al infinito universo. Las golondrinas vendrán al oír los rezos que prodigan las voces del sentir de tu pueblo. El ojo del águila, que surca los océanos plateados, traerá esperanza y abrirá las puertas selladas con fuego y sangre. Palabras al viento como alas de mariposa y las velas de tu barco ondearán con la brisa del desierto sureño. >> Carmen (Maika) Echarri Yábar

miércoles, 8 de agosto de 2012

"MONARCA" Por Angélica Patricia Hoyos Guzmán


<< La mariposa aletea sombras coloridas
Ella se regala a los ojos
En un solo día deja su estela de misterio
Vive para hacer del mundo un milenio microscópico de belleza

Si viviéramos como la mariposa
entenderíamos que cada estela del vuelo es toda la vida
Moriríamos sabiendo que no hay eternidad más bella
que la del aleteo. >> Angélica Patricia Hoyos Guzmán

"SOBRE LO FUGAZ" Por María José Aguerrondo Rodríguez


<< Tumbada boca arriba con los ojos cerrados, divagaba bajo el sol de primavera.
Un fino aleteo  me hizo incorporar y abrir los ojos. Dos hermosas mariposas revoloteaban junto a mí. ¡Qué bellas! pensé, y volví a cerrar los ojos.
Medité entonces sobre la vida, sobre sus etapas, sobre los cambios, sobre la naturaleza, sobre todo lo bello que existe…y sobre todo lo efímero, también. >> María José Aguerrondo Rodríguez

"EL PARAÍSO DE LAS MARIPOSAS" Por Néstor Quadri


<< Las investigaciones científicas realizadas en su momento confirmaron fehacientemente, que dos gusanos se colaron sin ser detectados en el Curiosity, que fue uno de los vehículos espaciales de las primeras exploraciones que realizó el hombre en el planeta Marte, que descendió en su superficie el 6 de agosto del año 2012 y al llegar, ya se habían convertido en dos hermosas mariposas. 
No se sabe como, pero se presume que luego lograron escapar del vehículo y comenzaron a aletear en el poco aire que había en la atmósfera marciana, aunque sin la contaminación de productos agro-químicos o la polución de monóxido de carbono, como había en la Tierra. 
La lógica dice que sin agua y sin flores, las mariposas estaban destinadas a morir y sin embargo, el misterio que los científicos aún no han llegado a develar, pese a todos los estudios realizados, es como pudo sobrevivir esa pareja fecundando huevecillos para la reproducción y creando la pequeña perturbación inicial, que logró provocar las condiciones propicias para la evolución de la vida, en ese inhóspito hábitat natural.
Por ello, hoy 6 de agosto del año 3012, la comunidad internacional celebra con regocijo el milenio de aquel hecho fortuito, que hizo que Marte sea actualmente un paraíso, rodeado de flores y mariposas.>> Néstor Quadri

"HUMANIDAD INOCENTE" Por Úrsula Melgar Arjona


<< Las palabras que se encuentran a continuación, sin duda, pueden hacer que mucha gente recuerde un acontecimiento concreto. Sin embargo, pudo haber ocurrido en otro lugar. Cualquier parte de la Tierra es preciosa, aunque sea una ruidosa ciudad llena de luces de neón. Aquel día, unos terminaban su día en el trabajo, escuela o instituto. Otros comenzaban su jornada en ese momento. También había padres que iban a recoger a sus hijos del colegio. En un instante, el típico caos metropolitano cambió. Fue tan rápido como el aleteo de una mariposa. La tierra tembló, como si tuviera necesidad de desatar su furia. Mucha gente murió en ese espacio de tiempo tan corto. Otras personas, quedaron atrapadas de tal manera que no pudieron ser rescatadas a tiempo. Numerosos destrozos y zanjas por doquier eran el peor impedimento. Todo aquello que la Naturaleza no destrozó, fue sorprendido más tarde por un tsunami. ¿Quién no sentiría rabia y dolor? No es necesario ser novio o novia, ni esposo o esposa, ni padre o madre, ni tener otro vínculo para entenderlo. Por desgracia, no se puede volver atrás. De todas las personas que sobrevivieron, muchas que tuvieron que empezar de cero. Con ayuda, luchan por un futuro mejor en un presente lleno de esperanza. Es la naturaleza del ser humano: nos necesitamos los unos a los otros.>> Úrsula Melgar Arjona 

"EL PODER DE UN BESO" Por Manuel Cubero Urbano


<< Cuentan que hace años, muchos años, los niños leían libros y jugaban con sus abuelos. Luego, la ciencia dijo que el amor y la poesía debilitan al hombre. Y se prohibieron. Años después, un niño travieso y desobediente bajó una tarde al sótano secreto. Rebuscando entre los trastos viejos encontró un cajón lleno de libros prohibidos. Pero ¿quién puede con la curiosidad infantil? Lo abrió al azar por una página cualquiera y leyó:
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso... yo no sé
qué te diera por un beso.
Sus ojos se cerraron ante aquellas hermosas palabras. Y recordó que una mañana su abuelo le había recitado estos versos y, después, convencido de que nadie los veía, lo besó en la frente. Fue el momento más hermoso de su niñez. Convencido de que había descubierto la fuente de la felicidad escondió el libro bajo su camisa. En aquellos tiempos, como siempre desde que los niños son niños, los secretos entre ellos son una de las cosas más hermosas que existen. Y el secreto de aquellos días, fue que, llegada la Navidad, todos los niños le harían a sus padres el mismo regalo: un beso. Desde entonces, como dijo Octavio Paz, todo el mundo aprendió que “un mundo nace cuando dos se besan”. >>  Manuel Cubero Urbano.

"EL GRITO DE JUAN" Por Salvador Robles Miras


<< La anciana María arrastraba penosamente el carrito de la compra. Su vecino Juan, que llevaba más de un año enemistado con ella por un asunto doméstico, estaba asomado a la ventana en ese momento, y, al ver a la mujer, tan frágil, en semejante apuro, en un arrebato humanitario, acalló la voz imperativa del orgullo con un insólito grito emergido de lo más hondo de sus adentros, el nicho en el que, desde hacía años, anidaba su bondad, y corrió al encuentro de la mujer. 
 -Déjeme, María, ya le llevo yo el carrito. Pesa mucho para usted.
 -Demasiado. Gracias, Juan –dijo la anciana posando la mano afectuosamente en el hombro de su vecino.
 Al llegar a casa, María, con la sensibilidad a flor de piel tras el gesto humilde y grandioso de Juan, decidió llamar por teléfono a su hermana, Matilde, con quien, por problemas de herencia, llevaba enfadada más de un lustro. Hicieron las paces al instante. Matilde, por su parte, emocionada por la actitud conciliadora de María, se encaminó rauda a la casa de su nuera, Alicia, para disculparse por las duras palabras que le dirigió en la riña verbal en la que se enredaron recientemente. Asimismo, Alicia…  
Al atardecer de aquel día en que, en pleno otoño, lucía un sol de primavera, Juan, desde la ventana de su vivienda, vio pasar una bandada de mariposas multicolores. Las mariposas más hermosas que había visto en su vida. Se dirigían a otra ciudad, tal vez a Hong Kong, acaso a Nueva York. >> Salvador Robles Miras.

"Sin título" Por Francisco Javier Ángel Noreña

<< Me detengo un instante en el camino, el tiempo me  resquebraja los huesos, es inevitable el desgaste de los minutos. Y no puedo ser de acero. Por el camino veo las puertas de las iglesias fabricadas por los hombres en su afán de unificarse por intermedio de la religión. Y veo las cantinas de los joviales marineros en los puertos miserables. Veo las altivas cordilleras, las tierras planas, las montañas añosas y los vórtices oceánicos. Veo la exótica vegetación del paisaje y siento ese mágico aleteo de una mariposa que descansa sobre una hoja mientras todo se hunde en otra parte del mundo.  Tú eres mi amigo y quiero contarte un secreto: Crucé el país de las rocas musicales y no quiero que le cuentes a nadie.  Resolví  el enigma al cruzar mi propio umbral, rompí mármoles y fusioné los abecedarios del amor en idiomas que apaciguan el dolor y la fiebre. Espero que cruces por aquí. Las ciudades se van transformando en siluetas que te recuerdan. Pero entre tú y yo no hay nada, sólo un abismo. No sé si llegaré a la verdad que nos marca a ambos, he perdido la ruta hacia el paralelo, de igual forma como la mariposa extraviada. La mariposa hace de la distancia una diferencia. ¿Ahora quién te podrá alcanzar, animal hipnótico? He conocido un mar de personas, pero mis pensamientos  son adversos. En el horizonte de la ciudad grisácea un  huracán categoría 3 se avecina. En los altares de los alcázares las velas encendidas  titilan. Las escaleras de piedra rústica comunican con las otras comunidades marginadas. Las luces encendidas de las habitaciones de las personas que nunca duermen refugiadas dentro de sus casas, sintiendo el temor de vivir. >>   Francisco Javier Ángel Noreña.

"Sin título" Por Magdalena Berenguer Soto


<< No es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita. 
Y es verdad, cuanto más das, menos necesitas. Cooperar, ser voluntario o voluntaria es una forma de hacerse rico, inmensamente rico por dentro. 
Hace unos años estuve en Guatemala como voluntaria. Junto a otros compañeros ayudaba en las actividades de una comunidad muy pobre en lo material. Pintamos y limpiamos casas, organizamos talleres y actividades con las mujeres y los más pequeños. Ayudamos en las clases de la escuela y a los jóvenes les enseñamos a navegar por Internet y hacerse una cuenta de correo. 
Compartí lo poco que sé y comprendí que la que había aprendido era yo. Cuando regresé a casa mi cuenta interior se había multiplicado por 1000. Sigo trabajando en cooperación y sigo ganando cada día. 
En medio de esta crisis que nos rodea, recuerda que cuanto más das, menos necesitas. Quizás esta fórmula es tan sencilla que ningún político, estadista ni economista ha dado aún con ella. >> Magdalena Berenguer Soto.

"Sin título" Por Noemí Matute.


<< -¡Qué bonito! Gracias; pero… ¿qué es?
-Es una peonza.
-¿…?
-Los niños como tú han jugado desde siempre con este juguete. Mira, lo coges así, lo giras rápido… y comienza a rodar.
-¿A ver? Ahora yo… ¡Qué dibujo tan bonito tiene!
-Sí… me alegro de que te guste; las pintan mujeres que viven en la India y no pueden trabajar. Ellas las hacen a mano y se venden en otros países como España. Así, cuando compras una peonza como ésta, les estás ayudando económicamente.
-Y… ¿por qué no pueden trabajar?
-Porque como tienen un problema de salud, la gente piensa que no serán capaces de realizar un trabajo correctamente.
-Pero… las peonzas están bien hechas, ¿no?
-Sí.
-Entonces… sí que pueden trabajar, ¿no?
-Sí.
-… pues no lo entiendo…
-… yo tampoco. >>   Noemí Matute.

"Sin título" Por Beatriz Valenzuela García


<< Llevo muchos años contribuyendo en este mundo, con pequeños actos como; hacerme voluntaria en una ONG o aportar una sonrisa. ¡¡UNA SONRISA!! SI!! Es algo súper importante y que la gente valora mucho. ¡No cuesta nada sonreír!
Con una simple mueca de tu boca, puedes hacer feliz una persona en cuestión de segundos. Tengo 22 años y de esto me di cuenta hace aproximadamente unos tres años, cuando iba sola en el metro de Barcelona (después de salir de unas clases de Fotografía) y me puse a observar a la gente. Yo iba súper feliz, porque estaba en mi ciudad favorita, porque venía de unas clases que me encantaban y porque no tenía razones por las que estar triste... 
Sin embargo, hay mucha gente que siempre va estresada por la calle, que no sonríen, ni saludan nunca, que siempre llevan caras tristes y a las que parece que nada les hace feliz. Estoy segura que no se han parado a pensar lo "suertudos" que son... 
Yo me pregunto muchas veces: ¿Qué pasa con el mundo? Resulta que tenemos muchísimos motivos por los que ser felices!!! ¿Por qué entonces no sonreímos? Así que empecé yo a sonreír. Y lo sorprendente de todo fue que la gente me respondía igual. Comencé a ver el cambio tan grande que eso causaba en los demás y en mí, y desde entonces lo repito continuamente.
Cada día me sentía más feliz y me daba cuenta que ya estaba haciendo algo importante por los demás.
Así que aquí os lo dejo. ¡¡Sonreid a la vida!! Y un consejo: “Si cada uno de nosotros hiciera feliz al que tiene al lado; el mundo sería un paraíso”. >>     Beatriz Valenzuela García.